La práctica habitual del dentista es aconsejar tomar antibióticos días antes de la exacción, para evitar infecciones derivadas de los gérmenes bucales. Para evitar complicaciones, se recomienda la no ingesta de alcohol los días previos y, en el caso de los fumadores, es recomendable eliminar o reducir el consumo de tabaco para tener la boca lo más limpia posible.

Si se tienen molestias después de una extracción dental, el profesional recetará antiinflamatorios o antibióticos. Sobre todo con los antibióticos, es muy importante seguir la medicación pautada para que todo vaya correctamente.

En los primeros días se debe seguir una dieta blanda, evitando alimentos duros. Un error muy habitual es ingerir los alimentos en trozos muy pequeños. Esto es contraproducente, pues  pueden entrar en el hueco de la extracción y provocar una infección. Tampoco se debe tomar la comida muy caliente. Además de todo ello, es fundamental los primeros 4/5 días tras la extracción, hacer enjuagues con agua tibia  y sal (una cucharadita de sal) después de cada comida para que todo alimento que quede en el hueco que resulta en la encía y en el hueso tras la extracción, se elimine y no pueda originar una infección. Además la sal ayuda a la cicatrización.

Una correcta higiene bucal es esencial para conseguir los mejores resultados en el proceso de cicatrización. También hay colutorios a base de clorhexidina que sirven para higienizar la cavidad bucal tras una exacción, pero debe ser el odontólogo quien te aconseje su uso o no.